lunes, 25 de julio de 2011

de los hierros y voz

Que la intrépida libertad viaje entre ojos cerrados y pechos abiertos, que las voces pierdan los anonimatos, que nos cansemos de no decir y de no hacer. La exclavitud no va de la mano de hierros y encierros, sino que se esconde entre las entrañas, los pasos, las manos y bocas. Podrán quitarme los pasos, el viento, los soles, las noches, podrán darme hambre y silencio, pero no me quitan el espiritu, no acaban con las llamas, no apagan lo importante. La esperanza no muere, y aunque ha perdido bastante sangre, sigue de pie, estoica y aguerrida, esperando, como siempre.Acabemos con la dictadura de los que agachan las cabeza y bajan los brazos, esa que ha derrumbado pueblos enteros, gritando violentamente, aplastando y derrumbando sueños y estrellas. Que me quiten todo menos la sangre, esa que arde y quema cavidades, pum pum! late y retumba, grita, late mas fuerte. Despertar del sueño erratico del no decir nada. Hablamos de lo que nadie habla, de lo que no se quiere que se hable.

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